Un profesor
del siglo XXI debe poseer las siguientes competencias:
Comunicación:
Me parece
que una de las competencias fundamentales es la de una buena comunicación. El
profesor del siglo XXI debe ser capaz de dar a entender sus ideas tanto de
manera oral como escrita. Hoy en día, se ha vuelto esencial que sepamos ocupar
la tecnología y sobre todo en el tema escrito podemos mejorar de manera notable
haciendo uso de ésta ya que nos puede corregir prácticamente cada error que
cometamos al redactar.
Uso de la
tecnología:
Aprender a
manejar los recursos que la tecnología pone a tu alcance es fundamental, tanto
para tu vida profesional como para tu vida personal. Sabiendo manejar estas
nuevas herramientas podrás comunicarte con tus alumnos en su mismo lenguaje y
con sus mismos medios.
Adaptarse a las necesidades de
cada alumno:
Otro aspecto importante es la
personalización de las clases debido a que todos aprendemos de manera distinta
y en la actualidad, con el acceso que tenemos a todo tipo de dispositivos
personales es más sencillo dar las indicaciones adecuadas a cada alumno en función
de sus necesidades.
Tolerancia:
En un mundo
cada vez más diverso y multicultural, es necesario que el docente esté libre de
prejuicios y que trate por igual a todos los estudiantes. En segundo lugar, que
eduque a sus alumnos para la convivencia, de manera que genere acciones con el
fin de que aprendan a compartir la vida y sepan resolver situaciones cotidianas
en relación con sus compañeros.
Creatividad:
También hoy en
día es importante la creatividad en un profesor debido a que el comportamiento
de los alumnos ha cambiado durante los años y hoy más que nunca es importante
que los alumnos vengan motivados a estudiar. Debemos evitar el aburrimiento
para lograr la motivación, es por esto que debemos ser capaces de ser
imaginativos y que dispongamos de las técnicas necesarias para realizar una
clase más dinámica.
Inteligencia
emocional:
La
inteligencia emocional constituye una de las características más importantes a
la hora de enseñar ya que como docentes no solo debemos preocuparnos por los
contenidos o la teoría, sino que también nos corresponde otra faceta igual de
importante: moldear y ajustar en clase el perfil afectivo y emocional de sus
alumnos.
De forma casi invisible, la práctica docente implica actividades para:
De forma casi invisible, la práctica docente implica actividades para:
- La estimulación afectiva
- La expresión regulada de los sentimientos positivos y las emociones negativas
- La creación de ambientes que desarrollen la solución de conflictos interpersonales
- La enseñanza de habilidades empáticas para que los alumnos sepan cómo prestar atención, saber escuchar y comprender los puntos de vista de los demás.
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